lunes, 10 de noviembre de 2014

Sexualidad, Erotismo y Pornografía

Sexualidad

La sexualidad es una dimensión importante del ser humano; es fuente de toda vida afectiva tanto del orden psicológico como de sus desordenes, sin olvidar que también,  forman parte de un acto biológico limpio que no solamente tiene un fin reproductivo ya que este engloba diferentes aspectos como lo son  erotismo, el amor, las fantasías, el deseo, etc. Y que muchas  veces estas son ignoradas gracias a  los prejuicios de la sociedad ya que la sexualidad es una necesidad física común tales como comer, ir al baño entre otras.

La sexualidad no solamente debe de tener un fin meramente reproductivo ya que durante la sexualidad se busca cubrir otras necesidades  como la satisfacción, placer así como la realización del sexo opuesto sin olvidar que también tiene un contenido psicológico.

“A lo largo de toda la historia y sobre todo en la sociedad moderna la sexualidad aparece enajenada  en el mito de la animalidad “, lo cual no debería de ser así ya que la sexualidad abarca diversos puntos como los ya mencionamos anteriormente ya que de cierta manera el ser humano lo hace con racionalidad e involucra diverso aspectos los valores, amor,  placer y no solamente un instinto animal como la sociedad lo cree, “ … aún admitiendo que la excitación sexual surja pura en el fondo de nuestra organización biológica, para satisfacerse implica no solo la búsqueda del compañero, sino también su consentimiento y las condiciones materiales de realización del acto sexual. “ Entonces, la sexualidad no es una mera satisfacción de impulsos”, sino que es más compleja, como lo data el autor Tordjman: La afirmación de una identidad sexual requiere de tres vías de acceso:
1)    Las caricias con las que los otros nos gratifican que nos confrontan con el deseo del otro y nos permiten advertir la medida de la resistencia que nuestro cuerpo puede oponerle. Las caricias del otro nos conducen de manera natural a nuestra propia exploración autoerótica, es decir la masturbación.
2)    Nuestras caricias activas sobre el otro afinan  la sensibilidad de nuestras manos y de nuestros labios y nos confrontan con las resistencias del compañero(a).La resistencia nos obliga a tomar conciencia de los signos eróticos que emitimos y que interceptamos. La mirada y el diálogo desempeñan un papel esencial condicionan las dos vías reales de la seducción que pueden conducir a ese sentimiento complejo denominado amor.
3)    Por último la intervención de todos nuestros órganos de los sentidos la vista, el oído, el tacto, el gusto, y el olfato, cuyo papel es la transmisión de ciertas hormonas sexuales.
Si una de estas vías de acceso se nos veda desde la infancia podemos desarrollar pronto fobias y bloqueos que se intensificarán en el transcurso de la adolescencia. Así surge el miedo a tocar y a ser tocado  y algunas veces hasta  las repugnancias de los órganos genitales.

En el hombre hay una manifestación física de la sexualidad  que se da cuando abraza a una mujer esa manifestación es la erección que “es un fenómeno espontáneo e involuntario que puede sobrevenir tanto en el transcurso de un baile, como en plena clase, con motivo de un sueño o como una consecuencia de una emoción”, que diferencia de la mujer se excita con estímulos táctiles esta reacción fisiológica es perfectamente normal en los hombres  y el adolescente debe abstenerse de experimentar culpabilidad por ello. Si no llega a controlar sus emociones debe saber que tal acto no constituye ni una perversión, ni una enfermedad, ni mucho menos un pecado. Por el contrario es una prueba de una función totalmente normal.

La erección puede obtenerse por dos vías diferentes una baja y otra alta como lo data el autor Tordjman:

1) La caricia de los órganos genitales induce a sensaciones voluptuosas que son canalizadas a un centro de la erección situado en la médula espinal sacra. Dicho centro autónomo desencadena una dilatación de los vasos de los cuerpos cavernosos y ese aflujo de sangre provoca la erección refleja en el pene.

2) A partir de un recuerdo, de un sueño erótico de una quimera que anticipa el placer futuro, excitamos los centros superiores del placer que se hallan situados en nuestro cerebroespinal, entonces la erección que se produce es de origen psíquico.

En ambos casos no interviene el sistema nervioso voluntario, pues la erección no es programable, esto es un hecho fundamental.

Erotismo

Erotismo palabra derivada del nombre de Eros, dios del amor, se entiende por tal el amor sensual, el goce con la unión afectivo-sensual con otro ser. “En consecuencia, y desde el punto de partida, la excitación sexual en el ser humano no es una simple estimulación biológica: de entrada tiene un contenido psicológico más o menos rico, más o menos elaborado, históricamente evolucionado; y ese contenido psicológico indisolublemente vinculado a la función biológica, y que la transforma en una necesidad específica, es lo que se podría llamar erotismo”
“El erotismo es el opio del hombre moderno acorralado por la agitación de la vida, corriendo sin descanso de una necesidad a otra, sin tiempo para mirar su rostro de hombre en un espejo de serenidad”.Por ello nos podemos dar cuenta que el erotismo es parte fundamental del ser humano y que de una forma u otra esta presente en cada etapa de nuestra vida. Así pues, para nosotros “el amor sexual es la expresión de la necesidad humana del otro, de la necesidad profunda de comunión del hombre con su semejante”.Es decir el amor se convierte en una  necesidad básica de tener junto a ti a alguien con quien compartir tus emociones, pensamientos, sentimientos y deseos sexuales.
El erotismo no sólo tiene una dimensión, en el confluyen las emociones, el cuerpo y en general nuestra forma de ver el mundo, tanto así que “en otras sociedades e incluso en la Europa antigua y en las culturas indígenas de América, los individuos aprendían a ver lo erótico no sólo en la relación orgásmica sino incluso en los astros o en las actividades agrícolas.” El erotismo puede hallarse también en una mirada, en un gesto, en una prenda que porta un hombre o una mujer, pero más que la prenda, lo erótico está en la forma de llevarla. Otras manifestaciones eróticas podrían ser un baile, el movimiento del cuerpo, las palabras y cómo son pronunciadas, con la cadencia con la intencionalidad que se dicen. El beber un vaso de vino tinto y dejar una gota que humedezca  y aromatice los labios bien puede ser una manifestación del erotismo para el testigo de dicha acción. Los inciensos son capaces de evocarnos lo erótico. El erotismo es en sí mismo fugaz.
Desde el punto de vista psicológico se han revisado las connotaciones de lo erótico. “El psicoanálisis ha analizado las distintas formas en que puede fijarse el erotismo (anal, oral, fálico, genital y otras variedades)”[9] y, en función de ellas, ha investigado los distintos comportamientos regresivos que pueden aparecer en el individuo .Por diversas circunstancias culturales se ha permitido el desarrollo de algunas formas de erotismo; sin embargo, otras han sido “reprimidas y clasificadas como desviaciones o perversiones”, dando lugar a múltiples estudios, debates y controversias.
Podemos ver que el lenguaje erótico varía según las culturas, pero los mensajes transmitidos son siempre explícitos. “Un mohín repetido de labios, un balanceo sutil de las caderas, una caricia envolvente de la curvatura de los senos, constituyen con frecuencia señales de llamadas femeninas. No obstante el intercambio de miradas represente sin duda, para toda la especie humana el mensaje de receptividad privilegiado”.

La música, el baile, la conversación personalizada, las frases de amor y las caricias en las zonas erógenas condicionan psicológica y fisiológicamente a la mujer.
“El amor funde dos sentimientos, el instinto o impulso erótico que aspira a satisfacer el deseo sexual y la emoción amorosa compuesta de afecto y ternura. Se suma la necesidad del placer del compañero sin el cual no puede haber perfecta  armonía en una pareja”.Así pues el placer sexual apacigua los cuerpos y abre las puertas del sueño como un soplo purificador que  avienta las miasmas de la angustia.

Como parte de una manifestación erótica actualmente tenemos que la explicación de pintarse los labios viene de la gama de los rosas y de los rojos, copiando así el enrojecimiento de los labios de la vulva en el último grado de la excitación sexual, con lo cual nos dimos cuenta que el erotismo se puede manifestar en nuestra vida cotidiana.

El erotismo también tiene ciertas manifestaciones en el cuerpo humano al llegar a cierta edad de maduración  (la pubertad ) adquiere una constitución sexual la cual se manifiesta por la iniciación del funcionamiento de de las zonas erógenas “estas son algunas regiones de la piel o las mucosa que, si bien antes tenían una sensibilidad exquisita, esta no era apreciada por un niño de carácter erótico “ es decir que aunque estén presentes en un niño y se toque de la misma manera que a un adulto estas no reaccionan pues el niño   no ha llegado a esa etapa de maduración.
“Desde la pubertad, las excitaciones táctiles que se reciban en las zonas erógenas en circunstancias apropiadas serán interpretadas como eróticas  y despertará o aumentará la excitación sexual “ a lo que nos queremos referir con esto es a lo siguiente :   las zonas erógenas solamente responderán cuando  se den las circunstancias más favorables o deseadas es decir que las zonas erógenas no responderán si las caricias no son deseadas en caso de una violación o cuando un doctor o una enfermera las toca entre otras cosas, ya que “el deseo erótico manifiesta como un sentimiento de carencia y búsqueda de satisfacción de esa carencia construida en relación con las propuestas y modelos culturales que prometen unas sensación de totalidad, plenitud , sobre todo  vía la posesión de bienes  representados como valiosas cosas personas rasgos físicos y de carácter “  en torno a esta idea  podemos decir que todo depende de cómo se toque la textura, el color, la forma, la forma como se pida algo de buena manera de forma cariñosa etc.
En el desarrollo de esta investigación hemos consultado la obra de Gustavo Azcarraga , ahí se encuentra una descripción de las zonas erógenas que reproducimos a continuación: 
1.- Los órganos genitales, principalmente  el clítoris en la mujer y el glande en el hombre.
2.-La boca en la que se debe mencionar la mucosa labial (en toda su extensión hasta su unión con las encías y la lengua).
3.-La periferia de todos los orificios naturales (la vulva, el ano, la boca, los conductos auditivos externos, los orificios nasales) no es de extrañar que el ano y el periné sean zonas erógenas si están inervando por el mismo plexo nervioso que los genitales.
4.-Los pezones en ambos sexos y las mamas en la mujer.
5.-Las caras laterales del cuello y tronco
6.- Las caras internas de los músculos
Con el progreso de al excitación aumenta el grado de sensibilidad y extensión en ellas regiones ya mencionadas  es importante aclarar que la localización de las zonas erógenas varia de una persona así como la disposición de esta para hacerlas responder como ya la mencionamos anteriormente
Definición de pornografía
Etimológicamente pornografía significa descripción escrita de la prostitución. La porné en griego era la prostituta, y la grafía el relato escrito en torno a la vida de las prostitutas. Pornografía, se suele definir como la "descripción o exhibición explícita de actividad sexual en literatura, cine y fotografía, entre otros medios de comunicación, con el fin de estimular el deseo instintivo del contacto más que sensaciones estéticas o emocionales". La pornografía se centra en dos aspectos fundamentales: la distinción entre erotismo y pornografía y el tema de la censura desde el punto de vista del impacto que tienen algunas imágenes pornográficas sobre la imagen de la mujer y el trato que reciben. La primera ha causado gran confusión ya que la diferencia entre erotismo y pornografía algunas veces suele ser muy subjetiva, mientras que la segunda ha puesto a la mujer en un papel comercial, es decir como un objeto sexual, incapaz de poder sentir placer; y tener sexo de manera libre y no fingiéndolo como lo hacen en las imágenes pornográficas.
    Diferencia entre Erotismo y Pornografía
La diferenciación entre pornografía y erotismo es a menudo muy subjetiva y para algunas personas difícil de diferenciar. La pornografía puede presentarse en forma de imágenes (fotografías, vídeos, películas, anuncios y carteles) o en forma de texto (artículos, etc.). El erotismo lo hace de igual forma, pero a diferencia de la anterior va, por lo general, asociado a imágenes sugerentes o simbólicas más que a imágenes puramente gráficas, explicitas y a la idea de igualdad o de placer mutuo. De hecho, muchos han objetado que la función de la pornografía es la de explotar a la mujer presentándola como mero objeto sexual y no explotar al hombre, en vez de una persona racional y sensible. Por lo tanto, no es sorprendente que la pornografía haya sido un caballo de batalla del feminismo.
·         Erotismo y  Pornografía en la Actualidad.
 Las observaciones benévolas que pudieran hacerse sobre el erotismo desde una perspectiva rigurosamente ética quedan cada vez más ensombrecidas por las producciones pornográficas. Durante el período de la llamada "revolución sexual" proliferaron los estudios en los que se pretendía deslindar el erotismo de la pornografía con sutiles distinciones académicas cada vez menos acordes con la realidad. Es cierto que “el erotismo tiene una maternidad semántica más limpia que la pornografía”. Pero en la realidad práctica actual, sobre todo tratándose del cine, la publicidad y el abuso de la libertad de expresión en los medios audiovisuales, el erotismo y la pornografía son aspectos complementarios del exhibicionismo y la explotación gráfica de la sexualidad humana desde la más inocente atracción sexual hasta la exposición y comercialización del sexo crudo en sus formas más degeneradas y violentas.
En la mitología griega Eros se refería al dios del amor como Cupido en Roma. Y representaba una presunta fuerza superior integradora de los elementos primordiales disgregados en el cosmos. Algo así como una especie de principio metafísico o fuerza de atracción unificadora de la diversidad. En Platón el concepto de eros adquirió particular relieve como algo equivalente al amor a lo bello, que eleva el alma sobre los sentidos. El ecos platónico es una atracción arrebatadora del hombre hacia la belleza como término formal del amor, entendido éste como la tendencia a poseer la belleza confundida con el bien supremo y fuente de humana felicidad.
La historia del erotismo es tan vieja como el hombre y en todas las épocas estuvo relacionado con la afectividad y la atracción sexual usada como recurso atractivo, sobre todo en las diversas manifestaciones artísticas, las cuales han servido de soporte y excusa al mismo tiempo.
Bajo el influjo de la moderna revolución sexual, erotismo y pornografía son términos que nos remiten directamente alas actividades sexuales cada vez más polarizadas en la genitalidad, sea literariamente descrita o visualizada mediante técnicas de la imagen en movimiento, abstrayendo de cualquier noble consideración ética. En la actualidad erotismo y pornografía pocas veces difieren sustancialmente de la exhibición y la apología del sexo crudo servido de nulas formas diferentes, desde la simple atracción sexual inocente hasta la participación activa en orgías sexuales comercializadas y reducidas a un inmundo mercado del sexo a la carta llamado prostitución. Las técnicas utilizadas y su aceptación social no cambian la naturaleza objetiva de esas formas de conducta.
Así descrita la pornografía el erotismo se distingue de ella por la finura de las representaciones, por la sustitución de la provocación directa por la meramente alusiva, así como por el tono melodramático y romántico. Pero en ningún caso el erotismo así entendido es menos sensual que la pornografía bruta. Se puede decir que muchas obras antiguas y modernas de literatura, pintura y música son profundamente eróticas sin llegar a ser pornográficas en sentido estricto.
Otro dato a tener en consideración es que la pornografía suele ir acompañada de violencia, la cual aparece como abuso sexual de las personas mediante el recurso a la fuerza entre los adultos, al engaño cuando se trata de abusar de personas psíquica o moralmente disminuidas, sin excluir el miedo y la intimidación. La violencia en los mass media suele acompañar a la pornografía, estimulando los bajos instintos con el recurso a la fuerza física expresada de forma incluso bestial.
Cada vez más a la pornografía se añade la violencia sádica y masoquista. Se ha pasado de la oferta pornografía blanda a la pornografía dura y bestial servida en términos de sexo crudo mecanizado contra toda sensibilidad humana. Eliminado el factor sentimiento e imaginación inocente se ha generado en los espectadores asiduos a este tipo de representaciones la necesidad de sensaciones cada vez más intensas y violentas con incursiones casi rutinarias en el campo de las perversiones sexuales. Actualmente existe un mercado descomunal de productos, objetos y toda clase de material erótico y pornográfico para satisfacer públicamente y en privado cualquier deseo sexual bestial. Productos que pueden adquirirse a precio de oro en tiendas especializadas, cuyos productos son objeto de gran publicidad en periódicos, semanarios, revistas especializada, de información general y hasta presuntamente artísticas y recreativas.
En su significado original el erotismo evocaba un significado ulterior a los ingredientes sexuales sin el regodeo en la contemplación física y material de lo sexual. La pornografía se refiere más bien a la descripción gráfica de lo sexual centrada en la genitalidad cruda. Pero insisto en que esta distinción académica resulta irrelevante en la práctica actual del llamado cine pornográfico. El erotismo y la pornografía coinciden en la fisicidad cónica y hasta violenta de lo sexual en sus formas más aberrantes y degeneradas.
Erotismo es un término actualmente desacreditado por su connivencia con la pornografía. En la praxis actual puede ser considerado, al igual que la pornografía, como expresión de impudor, libertinaje sexual, morbosidad, vulgaridad, exaltación del sexo bruto y degeneración del amor. Toda una serie de connotaciones que hacen pensar más en la perversidad moral que en otra cosa. La pretensión de justificar el erotismo moderno con pretextos artísticos es una impostura y un insulto a los verdaderos artistas, que saben representar cualquier acción humana bellamente sin caer en la reproducción grosera.
El erotismo actual es uno de los signos inequívocos de decadencia humana por falta de ideales nobles y de imaginación creadora. Como la pornografía, significa el dominio de lo sensible contra la razón, abandono irresponsable a los instintos primarios comunes con los animales, desequilibrio de la personalidad y pérdida del sentido de responsabilidad. Con pornografía la sexualidad humana se trivializa para ser vivida como pura genitalidad y placer egoísta en lugar de ser expresión sublime de afecto y amor recíproco entre las personas. El amor pierde su aura espiritual y humana y se convierte en una búsqueda patológica de satisfacciones primarias. La pornografía impide el desarrollo sano de la persona y de las relaciones entre hombre y mujer. Las personas se usan, pero no se aman. Tratándose de los adolescentes, el erotismo y la pornografía producen efectos aún más desastrosos. Envilecen sus sentimientos intersexuales al presentarles la sexualidad humana reducida a puro goce sensual y el amor queda reducido a la mecánica más eficaz del acto sexual. La mujer, a su vez, lleva todas las de perder, al ser buscada por el hombre como objeto de explotación placentera.
La presencia del erotismo pornográfico acompañado de violencia sadomasoquista ha seguido un proceso que puede quedar descrito esquemáticamente como sigue.
Durante los primeros años que siguieron a la aparición del cine el erotismo tuvo manifestaciones ingenuas. Todo era cuestión de algún beso significativo, escenas de tocador o de piscina más o menos insinuantes. La explosión del recurso a la atracción erótica no apareció abiertamente hasta las vísperas de la primera guerra mundial, llegando a su primera culminación en la década de los años treinta. Como respuesta deontológica apareció el polémico y pintoresco código Hays. El erotismo en el cine alcanzó un nuevo clímax por los años cuarenta en vísperas de la segunda guerra mundial. Pero será durante la década de los cincuenta cuando la desventurada Marilyn Monroe y la frívola B. Bardot se convertirán en dos mitos eróticos internacionales del cine moderno. Al erotismo de estas dos estrellas y de su escuela siguió la moda del desnudo y del porno-blando. Fellini, Visconti y De Sica se encargarán de introducir por todas partes el erotismo italiano. El cine británico no se quedó atrás e introdujo las producciones sádicas, y con el impulso ideológico de la revolución sexual durante la década de los años sesenta se impuso también el porno-duro. La última novedad más apreciable por el público se encuentra en las salas X, en los vídeos macabros, las cabinas individuales de las tiendas del sexo, amén de los programas de televisión del género porno exhibidos en la intimidad del hogar a altas horas de la noche. La pornografía más aberrante en vídeo sirve de ambientación en los bares y casas de prostitución. Quienes se obstinan en justificar el erotismo pornográfico y violento invocando el principio de libertad de expresión y de creatividad lo único que hacen es fomentar el tráfico inmundo de la prostitución.


jueves, 6 de noviembre de 2014

PAUTAS BÁSICAS DE CONOCIMIENTO SOBRE LA SEXUALIDAD


 Las dimensiones de la sexualidad
*      La respuesta sexual, al igual que la sexualidad, tiene un marcado carácter propio y específico de cada persona.

*      Se ha demostrado científicamente que la respuesta sexual tiene especificidad e identidad en función del género. Las diferencias entre la de la mujer y la del hombre se evidencian en numerosos aspectos.

*      El deseo sexual sustenta todas las fases de la actividad sexual y sin él no hay excitación. Si los niveles de deseo son altos la respuesta sexual es más fácil y alcanza mayor intensidad.

*      La motivación juega un papel muy importante en el deseo. El acto sexual no se realiza sólo por ser una necesidad física o de descarga orgásmica, hay otros factores motivadores esenciales como la necesidad de unirse y conectarse, de abrazar y ser abrazado/a, de amar y ser amado/a, el deseo de sentirse seguro/a, o incluso de sentirse dominado/a o de realizar una conquista. También la necesidad de emociones e incluso el riesgo pueden estar implicados en el deseo sexual.

*      Los pensamientos y fantasías sexuales contribuyen en el complejo proceso del deseo sexual. Al igual que pensar en la comida favorita puede estimular el hambre, una fantasía sexual o la visión de imágenes seductoras pueden incrementar el deseo y la excitación.

*      El nivel de deseo no es fijo ni invariable y puede aparecer cuando menos lo esperamos, aunque depende en gran manera del estado de ánimo.

*      Entre ambos miembros de la pareja sexual se produce una interacción física y psicológica recíproca; hay una "química especial", de tal modo que la excitación sexual de cada uno de ellos procede de sus propias sensaciones y también de cómo se percibe la excitación del otro/a. Si nuestra pareja se excita mucho, por lo general aumenta nuestra excitación. Si por el contrario la percibimos distante y poco excitada, es fácil que nuestra pasión disminuya. De ese modo las parejas con "buena química" ven incrementada la pasión y el placer.

*      En el hombre, durante la fase de excitación, las erecciones pueden presentarse con mayor o menor rapidez. Aunque existe gran variabilidad de unas personas a otras, los jóvenes suelen tenerlas con más rapidez (sobre todo si se comparan con mayores de sesenta años). En el transcurso del encuentro sexual, las erecciones pueden variar de intensidad e incluso aparecer y desaparecer. Si se produce una disminución en la intensidad de la erección o incluso su pérdida, por el motivo que sea, tal hecho se debe asumir con tranquilidad y se debe continuar con el juego erótico: hablarse, besarse y acariciarse. Con ello, el mecanismo reflejo de la erección se pondrá de nuevo en marcha y reaparecerá. Con bastante frecuencia el hombre interpreta esta variación de la intensidad eréctil como una señal de que algo no funciona bien y esto conduce a que se produzca un trastorno sexual real.

*      El tamaño del pene preocupa al hombre y también a la mujer. Es necesario saber que un pene grande en estado flácido crece de manera proporcional menos durante la erección que un pene pequeño en estado flácido. El tamaño del pene flácido varía de unos hombres a otros, pero se acerca mucho durante la erección. Esta preocupación se ha incrementado con el visionado de las películas pornográficas, en las que, además de seleccionar hombres bien dotados, se realiza un trabajo de cámaras engañoso para exagerar el tamaño del miembro viril.

 La estimulación del clítoris resulta excitante para muchas mujeres. No obstante, la mayoría de los hombres, incluso los que se creen expertos amantes, está lejos de ser habilidoso en sus caricias sobre el órgano. Entre los errores más frecuentes de los que las mujeres se quejan se cuentan:

1 - Muchos hombres buscan el clítoris de manera inmediata y una vez encontrado lo estimulan de manera brusca antes de iniciar los besos, caricias y abrazos.

2 - El estímulo suele realizarse de manera constante y la mujer prefiere que su compañero sexual después de acariciarlo un tiempo lo deje para volver posteriormente.

3 - A muchas mujeres les molesta el estímulo directo del clítoris, prefieren ser acariciadas en la zona por encima o alrededor de él.

4 - Puede resultar irritante su tocamiento con dedos secos o ásperos, debido a que en el clítoris no hay lubricación. Para suavizar las caricias, se puede usar desde saliva a lubricantes artificiales y, desde luego, lubricante vaginal.

*      La fase de meseta no siempre se diferencia de la de excitación, de la que es una prolongación tanto en intensidad como en tiempo. A menudo se considera como un breve momento entre la excitación y el orgasmo.

*      En la mujer, durante la fase de excitación-meseta, se produce hinchazón en el tercio externo de la vagina (la llamada plataforma orgásmica), que se expande hacia dentro y se estrecha en su interior acogiendo y sujetando el cuerpo del pene. Dicha plataforma orgásmica, rica en terminaciones nerviosas sensibles, se acomoda casi a cualquier anchura del pene y las sensaciones placenteras producidas por la estimulación y el roce en su interior son, para muchas mujeres, muy placenteras. Debido a este mecanismo de estrechamiento, el ancho de la erección del pene es menos importante para la estimulación sexual de la mujer de lo que generalmente se cree.

*      Al mismo tiempo, en esa misma fase se produce una elevación del útero y los dos tercios interiores de la vagina, más pobres que el tercio externo en terminaciones nerviosas sensibles, se alargan. Debido al menor número de terminaciones nerviosas sensibles, las sensaciones placenteras procedentes de esta zona vaginal son menores, lo que representa otro argumento más en contra de que el tamaño del pene erecto sea esencial para que la mujer alcance más placer durante el coito, como algunas personas creen.

*      Durante la fase de meseta, el clítoris parece desaparecer, lo que puede desconcertar a algunos hombres que tratan de localizarlo de manera visual. Esto es debido a que, aunque se agranda, el glande del clítoris no se ve al retraerse contra el pubis y en cierta manera queda oculto por la hinchazón que experimentan los labios de la vagina.

*      En la actualidad, no se acepta como meta ideal del acto sexual que el orgasmo sea simultáneo, tal y como se consideraba en las décadas de 1950 y 1960. Tal experiencia, cuando sucede, puede ser gratificante para la pareja, pero no se justifica el esfuerzo en lograrlo y menos sentirse decepcionado si no se obtiene. Que acontezcan ambos orgasmos por separado nos da la oportunidad de disfrutar tanto del orgasmo propio como de vivir y ser conscientes del de nuestra pareja.

*      La consecución del orgasmo por separado en la pareja da la oportunidad tanto de disfrutar el propio placer como de vivir y ser conscientes del de la pareja
*      En el orgasmo, el proceso fisiológico que se produce en la mujer es similar al del hombre, con la diferencia de que en el masculino se alcanza un punto a partir del que la eyaculación es inevitable. Por el contrario, en la mujer, aun estando a punto de suceder, el orgasmo se puede bloquear a causa de cualquier interrupción o cese de la estimulación.

*      Muchas mujeres, cuando la excitación es muy intensa o durante el orgasmo emiten de manera pulsátil fluidos vaginales, en un proceso parecido a la eyaculación masculina.

*      Algunas mujeres tienen capacidad para alcanzar varios orgasmos sucesivos si la estimulación continúa.

*      Hay situaciones en las que uno o ambos amantes no alcanzan el orgasmo. Éste es un tema candente y de debate. La importancia que se da al orgasmo propio en el encuentro sexual todavía no es la misma para el hombre y la mujer. En la actualidad, parece que la mujer, en mayor medida que el hombre, considera su propio orgasmo un complemento a su experiencia sexual más que el objetivo de ella.

*      La anorgasmia no puede ser considerada como una variante normal de la sexualidad femenina. También se da en los hombres, sólo que cuando es el hombre quien no consigue el orgasmo lo identifica con un problema, mientras que hay un alto número de mujeres que no han tenido nunca un orgasmo y no se sienten preocupadas al respecto. Lubrican, se excitan y no se consideran anormales ni privadas de algo. No obstante, cada vez con más frecuencia las mujeres anorgásmicas o con orgasmos infrecuentes se preocupan por este hecho y buscan la manera de solucionar el problema.

*      La mujer que alcanza el orgasmo sólo ocasionalmente por diversas razones (escaso deseo, falta de destreza y cooperación del compañero, factores circunstanciales, etc.) sólo debe de considerarse afectada de algún problema sexual cuando su frecuencia orgásmica es tan baja que le produce insatisfacción. En este caso, debe considerase afectada por un trastorno sexual que se debe abordar, de manera similar a lo que ocurre con la disfunción eréctil del hombre.


*      Hace dos décadas se consideraba la impotencia en el hombre de cierta edad como normal, pero hoy se sabe que es consecuencia de diversas enfermedades (diabetes, depresión, trastornos psicológicos, etc.). Esto ha permitido romper con el binomio impotencia-edad, lo que ha facilitado el descubrimiento del origen de la disfunción eréctil y su tratamiento.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

LAS DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD


El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre sexualidad fechado en Guatemala en 2001 la define como el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos y espirituales. Aunque puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que se experimenten ni se expresen simultáneamente, pero tal diversidad de condicionantes confiere a la sexualidad de cada persona un marcado carácter personal y específico que se manifiesta en lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.

DIMENSIÓN BIOLÓGICA

Comprende aquellos aspectos que desde el punto de vista físico y orgánico tienen que ver con la expresión sexual. Se integran en ella, por tanto, distintos aparatos y órganos regidos por el cerebro que, tras recibir información desde los órganos de los sentidos, elabora la respuesta sexual humana. Los órganos de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) son parte esencial de esta dimensión así como la piel, que en su totalidad constituye el mayor órgano sensorial sexual y es considerada, junto con las mucosas, un agente erógeno de importancia capital. Los órganos genitales, que se integran en esta dimensión, a menudo han monopolizado todos los aspectos placenteros de la sexualidad en detrimento del placer proveniente de otras zonas corporales como la piel. Esto, que es muy evidente en el hombre, no lo ha sido tanto para la mujer, en quien se reconoce una gran sensibilidad de las zonas no genitales (piel y mucosas sobre todo), lo que la hace más sensible a estímulos táctiles como besos y caricias.
Cuando el encuentro amoroso avanza y se llega a la fase de excitación, las sensaciones provenientes de los órganos de los sentidos influyen de manera distinta en cada uno de los sexos. Los estímulos auditivos favorecen la excitación sexual de la mujer sutilmente más que en el hombre, mientras que en éste juegan mayor papel los visuales.
También se integran en esta dimensión biológica las cuestiones relacionadas con el desarrollo sexual y sus diferentes etapas, que comprenden toda la vida. Desde el nacimiento, la infancia, la pubertad, el tiempo en el que se inicia la capacidad de procreación y hasta cuando ésta se pierde se sigue viviendo como ser sexuado. Integra también los distintos aspectos relacionados con la respuesta sexual humana, que es posible gracias a la implicación de diferentes sistemas de nuestro organismo (nervioso, endocrino y vascular).
DIMENSIONES PSICOLÓGICA Y SOCIAL
Cada persona va perfilando a lo largo del tiempo una actitud propia sobre la sexualidad, que será facilitadora o inhibidora de su expresión según sus propias experiencias, las referidas por otras de su entorno, el ambiente social y cultural en el que está inmersa, su formación y su información, sus creencias religiosas, etc. A la vez, y de forma inevitable, transmite a su entorno una imagen basada en su conducta y en sus opiniones, que pueden ser coincidentes o no con su íntima realidad. Desde la infancia, las primeras actitudes hacia el sexo, que a menudo permanecen inalteradas, se basan en lo que oímos y percibimos de nuestros padres, madres, educadores y educadoras, así como de compañeros y compañeras. En definitiva, es indudable que el entorno social mediatiza de manera importante tanto nuestra actitud como nuestra conducta hacia la sexualidad propia y ajena. Cuando surgen problemas sexuales, por leves que sean, generan en el individuo reacciones de ansiedad, inseguridad, miedo al fracaso, etc. y repercuten en la pareja, que puede responder adoptando diversas actitudes -comprensiva, de colaboración o de rechazo o irritación- pero que en general no suelen dejarla indiferente.
Así pues, la dimensión psicosocial de la sexualidad conjuga factores psicológicos (emociones, ideas, actitudes personales) con factores sociales (influencia del entorno social) y su evaluación es muy importante porque con ella se puede explicar el origen de numerosos trastornos sexuales.

DIMENSIÓN MEDIOAMBIENTAL

En los últimos años, algunos expertos señalan una nueva dimensión en la sexualidad, la medioambiental, movidos por la certeza de que los factores medioambientales influyen de manera clara en ella. Estos cambios provocan modificaciones diferenciales en la sexualidad de los seres vivos, y la interdependencia entre éstos y el ambiente es la base de la evolución y de la biodiversidad.
LA RESPUESTA SEXUAL
La respuesta sexual humana es una sucesión de acontecimientos fisiológicos cuyo fin es el adecuado desempeño de la actividad sexual. Para que ésta sea posible, los órganos genitales han de experimentar cambios importantes en su forma y su función a través de un proceso de excitación, de tal modo que el coito es imposible si el pene permanece flácido o la vagina está seca y no se ha dilatado. Conviene destacar que el coito vaginal no es el fin del proceso de respuesta sexual. Aunque así suceda en buena parte de los encuentros sexuales heterosexuales, los procesos fisiológicos denominados respuesta sexual acontecen igualmente en cualquier otra forma de actividad sexual placentera, con independencia de si ésta alcanza alguna o algunas descargas orgásmicas.
Hasta hace pocos años se tenía la idea de que en la respuesta sexual humana se producía una única fase que abarcaba todo, sin límites entre el deseo y el orgasmo. Como consecuencia de ello, todos los trastornos sexuales se consideraban una única entidad clínica, sin diferenciar entre eyaculación precoz o disfunción eréctil y anorgasmia. El hombre incapaz de desempeñar la actividad sexual, con independencia del origen del problema, era incluido dentro del grupo de hombres con problemas de impotencia. Lo mismo ocurría con las mujeres, cuyos problemas sexuales se englobaban dentro del grupo que padecía frigidez, denominados respuesta sexual.
Master y Jonson, investigadores en Saint Louis, Missouri, considerados por muchos como los padres de la sexología moderna, rompieron con los prejuicios emocionales que impedían el estudio científico de la fisiología sexual y analizaron, de manera muy detallada, las interacciones sexuales de 382 mujeres y 312 hombres de 18 a 89 años, en más de diez mil episodios de actividad sexual. En 1966 publicaron en el libro 'Respuesta Sexual Humana' las conclusiones de sus investigaciones.
ALGUNAS DE ELLAS FUERON:
*      La importancia del clítoris en la excitación y el orgasmo de la mujer.
*      La descripción de la posibilidad de orgasmos múltiples en la mujer.
*      La identificación, en el hombre, del "punto de inevitabilidad eyaculatoria", momento en el que proceso eyaculatorio se activa desde el interior y ya no puede detenerse.
*      La descripción del "periodo refractario" tras la eyaculación en el hombre, periodo de tiempo que varía de unos a otros, durante el que, aunque haya estimulación, no hay respuesta sexual ni es posible la emisión de esperma.
*      La capacidad sexual de los adultos de mayor edad.
*      La similitud esencial de la respuesta sexual del hombre y la mujer.
El descubrimiento de que la mujer no experimenta periodo refractario y el de su capacidad multiorgásmica impactaron fuertemente en la sociedad de la época y sirvieron para desinflar el mito de la superioridad sexual masculina.
FASE DE LA RESPUESTA SEXUAL
Master y Johnson describieron las distintas fases de la respuesta sexual tal y como son actualmente reconocidas, excepto la primera de ellas, referente al deseo sexual, que fue propuesta por la Dra. Helen Singer Kaplan en 1979 y aceptada con posterioridad por todo el mundo científico.
Se reconocen cinco fases que se manifiestan de distintas maneras según el sexo: deseo sexual, excitación, meseta, orgasmo y resolución.
En las tablas 1 y 2 (en la página siguiente) se resumen los cambios físicos que suceden durante la respuesta sexual en el hombre y en la mujer.
Tabla 1. Cambios físicos en el hombre durante el ciclo de respuesta sexual
Fase de deseo
Ningún cambio físico concreto
Excitación
- Comienza la erección. 

- El escroto (bolsa de piel que contiene los testículos) empieza a engrosarse. 
- Los testículos comienzan a ascender. 
- Los pezones pueden ponerse erectos. 
- Aumentan el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. 
- Aumenta la tensión muscular y nerviosa (neuromuscular) general. 
- Aumenta la rigidez de la erección.
Meseta
- El glande se agranda ligeramente. 

- Los testículos incrementan su tamaño y se acercan más al cuerpo 
- Puede aparecer fluido previo a la eyaculación. 
- Puede aparecer rubor sexual (erupción rojiza en la piel del pecho y parte alta del abdomen que se produce en uno de cada cuatro hombres). 
- El ritmo cardíaco y la presión sanguínea aumentan más. 
- La respiración puede hacerse más superficial y rápida. 
- Contracción voluntaria del esfínter rectal, empleada por algunos hombres como técnica de estimulación. 
- Mayor aumento de la tensión neuromuscular. 
- La agudeza visual y auditiva se ven disminuidas.
Orgasmo
- Se inician contracciones rítmicas involuntarias en la próstata, vesículas seminales, recto y pene. 

- Poco después tiene lugar la eyaculación. 
- Los testículos quedan muy pegados al cuerpo 
- El rubor sexual, si está presente, alcanza su máximo color y extensión. 
- Ritmo cardíaco, presión sanguínea y ritmo respiratorio al máximo. 
- Pérdida del control voluntario muscular, pueden producirse espasmos como 
calambres en los músculos de la cara, las manos y los pies. 
Resolución
- Rápida pérdida de la mayor parte de la erección del pene, con un lento regreso al tamaño normal. 

- Los testículos vuelven a su posición habitual y recobran su tamaño normal. 
- El escroto se afloja. 
- Tiene lugar el período refractario, durante el cual no es posible otra eyaculación (la duración del período refractario es muy variable; generalmente es más corto en el hombre joven y aumenta su duración con la edad). 
- Pérdida de la erección en los pezones. 
- Rápida desaparición del rubor sexual. 
- La tensión neuromuscular puede continuar, con temblores o contracciones involuntarias de grupos de músculos aislados. 
- El ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el ritmo respiratorio vuelven a los niveles previos a la excitación. 
- Hay una sensación general de relajación. 
- La agudeza visual y auditiva vuelven a los niveles normales. 
Tabla 2. Cambios físicos en la mujer durante el ciclo de respuesta sexual
Fase de deseo
Ningún cambio físico concreto
Excitación
- Comienza la lubricación vaginal. 

- Los dos tercios interiores de la vagina se expanden. 
- Los labios externos de la vagina se hinchan y se retiran de la abertura vaginal. 
- Los labios interiores se hacen más gruesos. 
- El útero se desplaza hacia arriba. 
- Los pezones se ponen erectos. 
- El tamaño de las mamas aumenta ligeramente. 
- Puede aparecer rubor sexual en algunas mujeres (una de cada dos). 
- Aumentan el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. 
- La tensión neuromuscular general se ve incrementada. 
Meseta
- La lubricación vaginal continúa, pero puede aumentar y disminuir. 

- Se produce hinchazón del tercio exterior de la vagina (plataforma orgásmica) que se expande hacia dentro y se estrecha en su interior. 
- El útero se eleva todavía más. 
- Los dos tercios internos de la vagina se expanden y alargan aún más. 
- El clítoris se retira bajo el capuchón clitorídeo. 
- Los labios vaginales se hinchan y cambian de color. 
- El rubor sexual, si está presente, se intensifica y extiende. 
- Mayor incremento del tamaño de las mamas; la aureola (piel oscura que rodea los pezones) se hace más prominente. 
- El ritmo cardíaco y la presión sanguínea aumentan más. 
- La respiración puede hacerse más superficial y rápida. 
- Contracción voluntaria del esfínter rectal, empleada por algunas mujeres como técnica de estimulación. 
- Mayor aumento de la tensión neuromuscular. 
- Disminuyen la agudeza visual y auditiva. 
Orgasmo
- Se inician contracciones rítmicas involuntarias de la plataforma orgásmica y el útero. 

- El rubor sexual, si está presente, alcanza su máximo color y expansión. 
- Contracciones involuntarias del esfínter rectal. 
- Ritmo cardíaco, presión sanguínea y ritmo respiratorio al máximo. 
- Pérdida del control voluntario muscular, pueden darse espasmos como calambres de grupos de músculos en la cara, las manos y los pies. 
Resolución
- El clítoris regresa a su posición normal pasados unos cinco a diez minutos después del orgasmo. 

- Desaparece la plataforma orgásmica. 
- Los labios vaginales vuelven a su grosor, posición y color normales. 
- La vagina regresa rápidamente a la posición de reposo; la vuelta al color de reposo puede tardar entre diez y quince minutos. 
- El útero y el cuello uterino vuelven a su posición no estimulada. 
- La aureola regresa con rapidez a su tamaño normal; la erección de los pezones desaparece con mayor lentitud. 
- Rápida desaparición del rubor sexual. 
- La tensión neuromuscular fuera de lo corriente puede continuar, como lo demuestran los temblores o contracciones involuntarias de grupos de músculos aislados. 
- El ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el ritmo respiratorio vuelven a los niveles previos a la excitación. 
- La sensación general de relajación predomina. 
- La agudeza visual y auditiva vuelven a los niveles normales.